Paseo bajo la lluvia

domingo, 15 de enero de 2012

La lluvia golpea mi capucha con impertinencia, una y otra vez. Noto el frío bajo mi piel, entrando en mis huesos y besando mi cuerpo. Sonrío y disfruto del olor del invierno. En mis oidos comienzan a escucharse los primeros acordes de Still Loving You, y ya con banda sonora me pongo en marcha, dejando que mis pasos elijan mi camino.
Nubecillas de baho se condensan ante mis ojos, y el pelo que escapa del abrazo del chubasquero juguetea con la lluvia, introduzco mis manos en los bolsillos y me dejo arrastrar. Llego hasta la puerta de la urbanización y busco mis llaves. Mierda. Las olvidé en casa. Le doy una patada a la puerta, algo malhumorado, y con gesto hosco me dispongo a dar un rodeo.
Extraigo un cigarrillo del paquete que se esconde en uno de mis bolsillos, lo enciendo y saboreo el humo en mi garganta antes de expulsarlo lentamente. El humo azul asciende en volutas con formas caprichosas y se pierde sobre mi cabeza. Escupo hacia un lado.

Una vez fuera observo mi alrededor, tenía 3 claras opciones. El casco antiguo de Mairena, el camino a mi instituto o explorar el circuito dos. Tras pensarlo un instante me dirijo hacia el pueblo.
Sigo la carretera, petrechado en mi chubasquero y mi cigarro, encorvado para resistir la lluvia y con el pelo tapándome el rostro, que curioso espectáculo debía ofrecer, pensé mientras curvaba las comisuras de mis labios.
Una pareja que caminaba hacia mi me dirijieron una mirada inquisitiva, cuando se la devolví pude distinguir desprecio en su mirada, y... ¿Miedo? Mi sonrisa se ensanchó, y ellos se apartaron de mi camino. <<Saben reconocer a un depredador>> pensé sin saber muy bien por qué.

Para entonces la lluvia ya había logrado atravesar el chubasquero y comenzaba a empapar mis brazos. La sonrisa se borró de mi boca cuando me percaté de que el pueblo tampoco era una gran opción ¿Que haría allí, rodeado de personas que no me importaban? Pasee mi mirada por el paisaje, y la detuve sobre un bosquecillo, aislado junto a la carretera, inocente. Puro. Me dirigí hacia allí.
A medio camino encendí otro cigarro, y armándome de valor atravesé la carretera, en pos de la arboleda, cuando llegué 3 arboles apretados, un par de enredaderas y algunos arbustos me dieron la bienvenida, a parte de eso, y una gran cantidad de barro, allí no había nada. Me bastó.
Me recosté contra uno de los árboles y me dediqué a reflexionar sobre las últimas semanas. Las gota de lluvias mojaban el cigarro, así que lo apagué y lo tiré a la carretera, fastidiado.
No saqué nada en claro.
Con un suspiro emprendí la vuelta a casa, y cuando llegué tenía agua hasta en los calzoncillos.

La lluvia y los paseos bajo ella me relajan~

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