Siempre fui un dragón

sábado, 31 de diciembre de 2011

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Y derritiré tu Muro de Hielo.


Siempre fui un caballero


Y te ayudaré a recoger los pedazos de tu corazón.

El sabor de la Sangre -Parte I-

lunes, 26 de diciembre de 2011

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Avanzo lentamente por una concurrida avenida de níveo pavimento. A mi alrededor una interminable marea humana camina apresurada, sin mirarse, procurando no tocarse, y sin reflejar ni un ápice de emoción en sus rostros vacíos.

Los observo con estudiada indiferencia, imprimiendo la repugnancia justa para ofenderlos, pero no llegar a provocarlos. Ninguno parece reparar en mi presencia, a pesar de que desentono notablemente en aquel frío panorama. 
Una rabia sorda comienza a abrirse camino en mi interior, ante la realidad de que estoy siendo ignorado. Me lanzo con los puños por delante hacia la primera figura que entra en mi campo visión. Descargo una serie de puñetazos, cuyo impacto noto en mis nudillos como calambrazos. Aquel malnacido parecía forjado en hierro. Lentamente giró su rostro hacia mi, y yo alcé mi barbilla mostrándome desafiante. Pero aquel asomo de rebeldía se vio congelado antes de llegar siquiera a manifestarse. El desconocido carecía de rasgos. Su piel, completamente lisa, cubría su cabeza, y la única irregularidad visible consistía en una sardónica mueca, que no supe si interpretar como una sonrisa. 
Entonces, primero él, y luego sus compañeros, extendieron hacia mi sus manos, empujándome en contra de mi voluntad. Grité con rabia mientras notaba el frío veneno del pánico extendiéndose por mis venas. Pestañee seguidamente para reprimir las lágrimas de impotencia que empezaban a formarse en mis ojos. No lo logré, y cuando me las enjugué, descubrí con horror que tenía las manos llenas de sangre. Cuando la primera de las lágrimas llegó a mis labios noté el sabor del líquido sagrado besando mis labios.
Finalmente me arrastraron hasta una habitación oscura. Me dieron una patada que me acertó en los riñones y cerraron la puerta a sus espaldas. Pude oír unas risas enloquecidas al otro lado de la puerta.

~Lo siento mucho, pero no puedo continuarlo... Si quereis saber que pasa, preguntadme algún día, no me veo con ánimos de escribirlo...~

E cazador cazado

domingo, 18 de diciembre de 2011

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El chico junto a mí contenía la respiración, en sus ojos, un brillo divertido. Se giró hacia mí, situando su dedo índice en sus traviesos labios. Juntos en la noche de la Ciudad de los Malditos, todos nos pertenecía, todo menos nuestras propias palabras. Por eso callábamos, no hay mayor cárcel que las palabras, recordé amargamente.
Mi compañero se impulsó hacia delante, con un brusco movimiento de sus poderosas piernas, y yo, tras esperar apenas un segundo, hice lo propio. Edificios y personas sin rostro se sucedían a mi alrededor, borrosos por la velocidad vertiginosa que mantenía. Ignorantes, pensé con una media sonrisa, si supieran el peligro que se cierne sobre ellos no gastarían su tiempo con tanta facilidad.
Me detuve en los tejados de un deteriorado bloque de pisos, la ciudad, a mis pies, me guiñaba con toda suerte de luces de colores, y su peculiar banda sonora, rugía para mi.
Agucé la vista, en busca de una presa, alguien a quién mostrar la verdad, de gritarle con rabia que vivía una mentira, y que todo lo que siempre ha creído no vale mas que una mierda. Que sus sueños rotos será todo lo que recoga al final de su vida.
Al principio no me gustaba mi trabajo, golpear corazones hasta romperlos, a pesar de ser por una buena causa, y convertirlos en los mismo que yo y mi compañero. Pero con el tiempo... le había cogido gusto.
Divisé a mi víctima a apenas unos metros de mi, caminando inocentemente entre los despojos humanos que solo yo podía ver, haciendo caso omiso de la maldad de la ciudad. Un alma libre.
Bajé al suelo, y anduve lentamente hacia ella, con una sonrisa irónica en los labios, consciente de que no podía verme, ni siquiera intuirme. Necio de mi.
Me recibió con una mirada límpida y eximia, unas pupilas sin fondo y rebosantes de luz. Detuve mis pasos, sin fuerzas para borrar aquella estúpida mueca de mi boca. Entonces sus labios se curvaron en una sencilla sonrisa, cargada de promesas. El horror se hizo cargo de mi. Recuerdo que grité, que lloré, que reí y viví.
Mas tarde desperté entre basura, con inmundicias merodeando mi cuerpo, plagado de cicatrices y quemaduras. Me habían arrancado los labios, y con horror observé que mi corazón latía de nuevo. Intenté arrancarme la piel allí mismo, entre lágrimas y sin comprender que pasaba.

Ahora me he acostumbrado, vivo de nuevo, mis labios se regeneraron, pero nunca mi alma, ni mi corazón. Ahora soy preso del mismo castigo que imponía a mis víctimas...

Si, el cazador cazado.

Hammerfall en directo *.*

sábado, 10 de diciembre de 2011

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Hace 2 días, el 8 de Diciembre tuve la oportunidad de ver a mi grupo favorito en directo... Pude escuchar la voz de Joacim Cans vibrando en mis oídos y ver a Oscar sacárse solos imprsionantes en primera fila *o*





Además tengo la púa de Oscar y la de los Vicious, Amaranthe no estuvo tan bién, pero no se quedó atras!