Recuerdos de mi otra vida...~

miércoles, 31 de agosto de 2011

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Cerré mi puño derecho con fuerza, y dejé que otra vida se apagara entre mis férreos dedos. Inmolé otro sentimiento haciéndolo caer en la miseria.
Una sonrisa sádica afloró en mi rostro de demonio al observar con desprecio los despojos de mi juguete. acerqué mis labios hacia las cenizas y, con delicadeza, casi con mimo, soplé sobre ellas. Una impresionante reacción pirotécnica me deleito durante unos instantes, para, a los pocos segundos, volver a apagarse para siempre.
Suspiré con fastidio y tiré los restos al suelo, decepcionado, aburrido.

Adoraba saber que una vida dependía de mi, que tenía en la palma de mi mano la decisión de hundirla en la miseria, o, por el contrario, ofrecerle las mieles del paraíso.
Pero, que se le va a hacer, ser benevolente no esta entre las virtudes (o defectos) del Demonio...

Sentí como se erizaba el cabello de mi nuca. Podía olerlo... el hedor de la bondad, la justicia y el afecto. Una sombra de rabia oscureció mi inmaculado rostro.
-¿Qué haces tu aquí?
Inquirí sin volverme. No pude imprimir en mis palabras toda la indiferencia que hbueira deseado.... en ellas asomaba una sombra de temor y odio.

-Esto se ha acabado. Serás condenado a vagar por la tierra en forma de humano. Saborearas la hiel de la vida. Tu blanca piel se verá marcada por los hierros de la locura. Desearás haber sido mejor dios en el pasado, Lucifer.
La voz de mi acompañante denotaba seguridad en si mismo, pero algo en su tono de voz traicionó sus palabras.

Me giré como movido por un resorte. Dios me observaba con la barbilla en alza. Me obsequiaba con su mas perfecta sonrisa. Pero sus ojos expresaban una codicia sin límites.
Reí sin ganas y sin alegría.
-¿Esa es tu ambición, viejo? Así que lo que deseas es desempeñar el papel del Principe de las Tinieblas...

Pareció como si le hubiera dado un calambre. Su rostro se congeló en una sombra de duda durante un instante, tan corto, que pensé si no lo había imaginado.
-Púdrete en mi infierno particular.
Sentenció a la par que me reencarnaba en humano.

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Y ahora, años despues de haber abandonado mi oficio como verdugo de Dios siento miedo al tener un alma entre mis dedos. Parece tan frágil, tan luminosa... Tal vez ya no sea el mismo. Tal vez haya tragado demasiada hiel humana, o me haya alumbrado demasiado la luz de la locura... Pero siento que tengo que proteger este alma como si se tratase de la mía. Mis manos no la aplastarán, la acariciarán.

No se me da bien hacer trampas...

viernes, 12 de agosto de 2011

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...Así que no las hago.


No has comprendido algunas cosas. Nunca he jugado con ventaja. Siempre he sentido un miedo irracional a tirar los dados y arriesgarme a una mala tirada. Siempre he sido de los que sueñan con sacar un crítico y nunca pasan del 1...
Tampoco he jugado nunca contigo. Si piensas que es así, lo siento, pero te equivocas. Como ya he dicho, soy pésimo jugando. Tenía miedo de perderte. Perderte para siempre...
Mis aspiraciones en esta partida era quedar un empate contigo. Ambos abrazados sobre un maldito dado. Ambos compartiendo un beso mientras nos reímos de la Suerte.

He arriesgado mis pdv por ti. He luchado contra Bosses inimaginables al final deel tortuoso laberinto de las mas tétricas dungeon. He realizado quest y he arriesgado mi honor y mi equipo por ti.

Y nunca te he mentido... porque siempre estaré junto a ti. Puede que no lo creas, puede que me acuses de mentiroso. Y eso, pequeña, no puedo combatirlo con palabras. Las palabras no ganarán esta guerra. Es hora de abrir paso a la espada, el escudo y la valentía.
Es hora de decirte lo que siento sin tapujos, así como es hora de demostrártelo en peligrosas hazañas.

Porque la próxima vez, primero vendrá el 'Lo siento', después irá el beso, y por último hará acto de presencia el abrazo.
Porque la próxima vez, mis piernas se petrificarán hasta que escapes de mi campo de visión.
Porque la próxima vez le meteré fuego al tablero y ya no habrá partida que se interponga entre nosotros.

Solo tu y yo. Por toda la eternidad.

Kiba.

Desvarío de un loco

jueves, 11 de agosto de 2011

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La lluvía golpeaba impertinente las ventanas de mi alma. Llovía fuera, pero no dentro. Yo, desde mi seco y cálido refugio la observaba con sorna. No podía dañarme. Ya no.
Me levanté con un suspiro y me apróxime a un gran ventanal para contemplar el panorama. Ante mí se extendía una basta extensión de terreno llermo y muerto que estaba siendo golpeado por lágrimas de sangre. El oscuro y gelatinoso líquido se deslizaba por los cristales dejando un rastro sanguinoliento.
La Luna, mas que darle romanticismo a la escena, la hacía mas tenebrosa. Un circulo perfecto que aportaba una luz rojiza a la escena. Un astro Maldito que helaba la sangre.
Las sendas nubes de tormenta que recorrían el cielo no se atrevían a cernirse en torno a su imagen.
Fijé mi atención en una de esas nubes y acerté a distinguir toda suerte de rostros convulsionados por inimaginables torturas. Parecía que la lluvia fuera los llantos de sangre y dolor de esos condenados.
De pronto. Sin previo aviso, un rayo hendió en dos aquél tétrico panorama. Su fugaz resplandor me permitió distinguir mas allá de la sangrienta penumbra de la Luna.
Miles de cruces y lápidas se extendían por doquier. Pútridas manos emergían de la superfecie. Al observar mejor el terreno caí en la cuenta de que eran restos humanos. Huesos y cráneos unidos en un macabro espectáculo.
Sonreí desde el interior de mi alma. Una sonrisa carente de alegría o amor. La curva que había dibujado mi boca solo inspiraba una emoción... Odio.
Poco a poco, mi sonrisa se fue agrandando hasta desembocar en una cruel carcajada. Reía por la suerte de los condenados, que lejos de mi refugio solo podían aspirar al peor de los tormentos.

Me pareció entrever un rostro familiar entre las gotas de sangre. Y esto, mas que acongojarme, me produjo una euforia incapaz de describir.
'Solo tu eres la causante de esto. Así que tu sufriras este tormento' Susurré con voz arrulladora.