Desvarío de un loco

jueves, 11 de agosto de 2011

La lluvía golpeaba impertinente las ventanas de mi alma. Llovía fuera, pero no dentro. Yo, desde mi seco y cálido refugio la observaba con sorna. No podía dañarme. Ya no.
Me levanté con un suspiro y me apróxime a un gran ventanal para contemplar el panorama. Ante mí se extendía una basta extensión de terreno llermo y muerto que estaba siendo golpeado por lágrimas de sangre. El oscuro y gelatinoso líquido se deslizaba por los cristales dejando un rastro sanguinoliento.
La Luna, mas que darle romanticismo a la escena, la hacía mas tenebrosa. Un circulo perfecto que aportaba una luz rojiza a la escena. Un astro Maldito que helaba la sangre.
Las sendas nubes de tormenta que recorrían el cielo no se atrevían a cernirse en torno a su imagen.
Fijé mi atención en una de esas nubes y acerté a distinguir toda suerte de rostros convulsionados por inimaginables torturas. Parecía que la lluvia fuera los llantos de sangre y dolor de esos condenados.
De pronto. Sin previo aviso, un rayo hendió en dos aquél tétrico panorama. Su fugaz resplandor me permitió distinguir mas allá de la sangrienta penumbra de la Luna.
Miles de cruces y lápidas se extendían por doquier. Pútridas manos emergían de la superfecie. Al observar mejor el terreno caí en la cuenta de que eran restos humanos. Huesos y cráneos unidos en un macabro espectáculo.
Sonreí desde el interior de mi alma. Una sonrisa carente de alegría o amor. La curva que había dibujado mi boca solo inspiraba una emoción... Odio.
Poco a poco, mi sonrisa se fue agrandando hasta desembocar en una cruel carcajada. Reía por la suerte de los condenados, que lejos de mi refugio solo podían aspirar al peor de los tormentos.

Me pareció entrever un rostro familiar entre las gotas de sangre. Y esto, mas que acongojarme, me produjo una euforia incapaz de describir.
'Solo tu eres la causante de esto. Así que tu sufriras este tormento' Susurré con voz arrulladora.

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